jueves, 21 de febrero de 2013

YA NO YO

Luc 17:33  Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.


Introducción
·         Tu vida es formada por las decisiones que tu tomas. Algunas decisiones parecen ser pequeñas e insignificantes. Otras decisiones parecen ser agobiar en su importancia. Pero cada decisión afecta el resultado de tu vida. Dios quiere que el resultado de tu vida este placentero, aceptable y bueno.
·         Si a todos los niños de cinco años se les hiciera esta pregunta, y luego se les obligara a hacer lo que dijeron, 20 años después no habría otra cosa en el mundo, sino bomberos, policías y enfermeras.

QUE ES VOLUNTAD
a.       La voluntad es la capacidad de los seres humanos y de otros animales que les mueve a hacer cosas de manera intencionada. Es la facultad que permite al ser humano gobernar sus actos, decidir con libertad y optar por un tipo de conducta determinado. La voluntad es el poder de elección con ayuda de la conciencia.
b.      Hay dos tipos de la voluntad de Dios: Permisiva o propia y Directa

Principios para hacer la voluntad de Dios.
I.            LA VOLUNTAD DE DIOS REQUIERE SACRIFICIO
c.       EJEMPLO: LOS ESCLAVOS
d.      Es muy fácil para cualquiera decir, “¡SI, YO QUIERO LA PERFECTA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA!” Pero lo cierto es, que ningún creyente entra a su voluntad SIN UNA GRAN LUCHA.
e.       La perfecta voluntad de Dios es aceptada o abrazada solo en Getsemaní – y Jesús nos dio el ejemplo.
f.       ¡Simplemente no puedes aceptar la voluntad de Dios hasta que mueras a toda voluntad propia!
g.       Fue profetizado de Jesús desde el principio que él vendría a la tierra por un propósito eterno: a cumplir la voluntad del Padre. “He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí” (Hebreos 10:7). Cristo le dijo a sus discípulos: “… porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.” (Juan 5:30). “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra.” (4:34). “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (6:38).
h.      No hubo un momento en la vida de Jesús cuando él no estaba consciente que su propósito en la tierra era hacer la voluntad del Padre. Esto debe ser cierto de nosotros también – que en cada hora del día busquemos hacer su voluntad. El hecho es, que ya no nos pertenecemos; fuimos comprados con un precio. ¡Y como Jesús, fuimos creados para hacer la perfecta voluntad del Padre!
i.        Pero, no importa cuan espiritual seas o cuanto tiempo hayas caminado con Jesús, llegara un tiempo cuando tengas que decidir una vez por todas cual voluntad prevalecerá en tu vida: LA TUYA – O LA DEL PADRE.
j.        Jesús tuvo que enfrentar esa hora. Él sabía que tenía un llamado eterno y divino. Pero él también era humano - ¡y fue probado grandemente!
k.      Si nosotros hemos de ser como Cristo, también tendremos nuestro Getsemaní cuando seamos enfrentados a movernos a la perfecta voluntad de Dios.

II.          SI LA VOLUNTAD DE DIOS NO ES ACEPTADA GOZOSA Y OBEDIENTEMENTE, ¡ALGO HORROROSO SUCEDE!
1.      ENTRA EL ENDURECIMIENTO – LA VIDA PIERDE SU SABOR, Y TODO MUERE. A esto se refería Jesús cuando dijo: “Acordaos de la mujer de Lot.” (Lucas 17:32).
2.      Ahora, era la perfecta voluntad de Dios castigar y destruir Sodoma y Gomorra. Y fue su misericordiosa voluntad llevar a Lot y su familia a lugar seguro. ¡Si los ángeles no los hubieran tomado de la mano y arrastrarlo de allí, se hubieran perdido! Pero la esposa de Lot no se convirtió en un pilar de sal simplemente porque miro atrás. Estoy seguro que Lot y sus hijas no pudieron evitar mirar atrás sobre tal holocausto.
3.      No – lo que Jesús estaba diciendo acerca de la esposa de Lot va mas profundo. Ves, ¡ella estaba enojada con Dios! En su corazón, ella estaba casada con su casa, su familia, su círculo de amistades – y Dios se estaba llevando todo. ¡Ella deseaba la perfecta voluntad de Dios si significaba perder todas esas cosas!
4.      La escucho llorando: “¡Dios no es justo! Todo estaba yendo tan bien. Mi bella cocina, mis bellos platos – nada de eso era pecaminoso. Yo era una buena madre. Nuestras cenas los domingos eran tan maravillosas. ¿Por qué me estas quitando todo?”
5.      En ese momento, en su ira, su corazón se hizo de piedra. La amargura la consumió. Y Jesús estaba diciendo de ella, “Cuando estas casado con cosas y no sales de Sodoma, una dureza entra a tu vida. Serás como una estatua sin vida, muerto por dentro – ¡porque las cosas se han apegado a tu corazón!
6.      La mujer de Lot tan solo perdió la voluntad de Dios – incluyendo un nuevo comienzo, con paz y propósito – ¡sino que también perdió todos sus sueños y ansias terrenales! ¡Todo se hizo humo!

III.          ¡HACER LA VOLUNTAD DE DIOS PUEDE REQUERIR CAMINAR DIRECTAMENTE EN LA CARA DEL HORNO ARDIENTE!
1.      INCLINARSE O MORIR: UN GETSEMANI: DANIEL 3
a.       Considera los tres jóvenes hebreos Sadrac, Mesac y Abed-nego.
b.      Ellos fueron advertidos: “Ustedes tienen veinticuatro horas. ¡Si no se postran al sonido de la trompeta, serán echados en el horno que ha sido calentado siete veces mas!
c.       La voluntad de Dios estaba muy clara para ellos: ¡no era posible que se postraran!
d.      Por supuesto que tenían opciones.
e.       Pero Sadrac, Mesac y Abed-nego no hicieron ningunas de estas cosas. Al contrario, ¡creo que vigilaron en oración!– porque todos hicieron lo que Jesús hizo: ¡Tuvieron su Getsemaní!
2.      MURIERON A SU PROPIA VOLUNTAD – a todas sus habilidades, a su futuro en el gobierno, a todos sus planes piadosos. ¡Y en el momento en que murieron esa noche, sus corazones fueron llenos de gozo! Abrazaron la voluntad de Dios, amándola – nunca la soltarían. Ellos dijeron, “¡O, Dios, enfrentaremos lo que sea! Tú eres capaz de librarnos de esto – pero aunque no lo hagas, ¡con gusto pasaremos por ello!”
a.       Ellos no resistieron cuando los soldados vinieron a la mañana siguiente y los ataron de manos y pies.
b.      Sin embargo, cuando esos tres hombres hebreos fueron echados en el horno, ¡ya ellos estaban muertos! Muertos a la ambición, muertos a cualquier pensamiento de esposas e hijos, muertos a toda esperanza y sueños. Solo una cosa les importaba: ¡obedecer la perfecta voluntad de Dios!
c.       Cuando abrazas gustosamente la voluntad de Dios – cuando realmente has muerto al yo – algo es librado en tu corazón que nadie puede explicar o darte. Te pone más allá del alcance de los hombres y los demonios. ¡Pero no es soltado hasta que entres al horno!
d.      ¡Una gloria maravillosa espera al alma que abraza la voluntad de Dios!
3.      AL FINAL DEL HORNO
a.       La puerta del horno representa cruzar al otro lado a la perfecta voluntad de Dios. En este lado de la puerta hay un ejército de enemigos que se mofan, visiones de dolor y sufrimiento. Los demonios te gritan: ¡Dios no espera esto de ti! Él te ama. ¿No dijo el que te daría los deseos de tu corazón? ¡Te has convertido en un fanático!”
b.      Pero una vez que cruzas la línea y abrazas la voluntad de Dios, sucede algo increíble: ¡Jesús se manifiesta en tu vida!
c.       Cuando los jóvenes hebreos estaban dentro del horno, Jesús estaba esperando allí. El no se revelo inmediatamente – porque primero ellos tenían que decidir abrazar su voluntad. Pero cuando ellos la abrazaron y murieron a su propia voluntad, Jesús se les manifestó. Y lo que ellos pensaron que eran carbones dolorosos se volvieron en pastos verdes y brisas suaves – ¡porque Jesús había ido antes que ellos!
d.      En el mismo momento que entras al horno – cuando cruzas al otro lado y abrazas la voluntad de Dios – darás la vuelta y veras a Jesús. Él estará allí en una manifestación que podrás tener de ninguna otra manera. Y él hará tres cosas para ti:
                                                  i.      Primero, él se convertirá en todo en tu vida. Él será tu gozo, tu expectación. Él tocara ese lugar en tu corazón que ninguna persona en la tierra puede tocar.
                                                ii.      La otra cosa que Jesús hará será despojarte de todas tus ataduras. Cuando Sadrac, Mesac y Abed-nego entraron al horno, entraron en una liberación: cada atadura fue rota, cada herida fue sanada, cada temor desvaneció - ¡porque Jesús entro rápidamente!
                                              iii.      Finalmente, recibirás un llamado a predicar a Cristo a las naciones. Cuando los tres jóvenes hebreos entraron al horno, les llego un llamado que no pudo llegar de ninguna otra forma:
CONCLUSION
a.       Existen solo dos tipos de personas: aquéllas que dicen a Dios “tu voluntad sea hecha” y aquéllas para quien Dios dirá en el fin “tu voluntad sea hecha”.
b.      Todos que pasarán la eternidad sin Dios, tomaron esa opción. Nadie que haya hecho una opción diferente se quedará lejos de Dios. Ninguna alma que anhela ardientemente la alegría verdadera, dejará de experimentarla.” (C.S. Lewis)
c.       Cabe a nosotros escoger el lugar donde pasaremos la eternidad — con Dios o sin Él.
d.      Aunque andes en sombre de muerte…
e.       Cuando escogemos rechazar a Dios, perdemos la oportunidad de gozar de Su compañía, de oír su voz amorosa, de sentir las caricias de Sus manos cariñosas, de poder, en los momentos de dificultades, oír: “no temas que yo estoy aquí, a tu lado”.
f.       Si escogemos hacer la voluntad de Dios, tenemos nuestro nombre escrito en el Libro de la Vida y oiremos, en aquel último día, la invitación de nuestro Salvador: “Venid, benditos de mi Padre”. Si escogemos hacer exclusivamente “nuestra voluntad”, la única cosa que podremos oír, cuando estemos delante del trono del Señor, será: “Tu voluntad sea hecha”… ¡y más nada!
g.       ¿Qué tipo de persona es usted? ¿La que hace la voluntad de Dios o la qué hace su propia voluntad?“… y al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37).

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